lunes, 4 de noviembre de 2013

¡De la compostera!

Ahora sí, después de un poco de habladilla, entramos en materia con uno de los componentes más importantes de la huerta (o en realidad cualquier cultivo, incluso a gran escala): el compost.

Hablamos en la entrada anterior de como la agroecología estudia la dinámica de los factores vivos (lo "bio") y no vivos (como el clima). Y mencionamos también acerca de como un bosque es sotenible por sí mismo gracias al reciclaje de materia. Pues bien, el compost es en este caso, una forma artificial de reciclar la materia viva (biomasa) que se genera por la actividad misma de cultivar.

En nuestro lote, mencionamos dos elementos clave, una cepa de plátano, y un árbol de güitite. La cepa de plátano es y será nuestra fuente de biomasa VERDE, y el gûitite, su sombra nos sirve para colocar la compostera.

Nosotros nos basamos en un método que habíamos visto hace bastante, el cual está diseñado para realizar compost a pequeña escala, de forma sencilla, sin olor, y relativamente rápido. Este método es utilizado por la agricultura biointensiva (más información acá: http://www.growbiointensive.org/). La agricultura biointensiva es una herramienta (como la agricultura orgánica) generada para cultivos en espacios reducidos, obteniendo rendimientos considerablemente más altos por unidad de área. A criterio personal, a diferencia de la agricultura biodinámica, se basa más en principios científicos, por lo que me genera un poco más de confianza. Pero bueno, cada quién se arrima a la sombra que mejor le parezca, y es cuestión de cada uno informarse y ver qué se aplica o no.

El método de compostaje que usamos se llama "método del sandwich", porque literalmente se hace un sandwich con distintos materiales, para favorecer una mejor descomposición de la materia orgánica. Esto por una razón: guardar la relación carbono/nitrógeno. De forma resumida, una cantidad excesiva de nitrógeno hará que hayan excesos de agua (pues normalmente los tejidos suculentos son los que poseen mayor cantidad de este elemento), y por lo tanto malos olores, moscas, y cuanta cochinada se meta. Si hay demasiado carbono (tejidos secos), estos van a durar mucho en descomponerse.

A nivel comercial, si se hace compost, se deben analizar las materias primas para ver su contenido en nitrógeno y carbono para favorecer una relación adecuada (20:1 aproximadamente). Sin embargo, estos anñalisis son caros, así que nosotros logramos esa relación de forma intuitiva.

Ya dijimos que como fuentes de nitrógeno tenemos tejidos suculentos, y en general, toda biomasa FRESCA que utilicemos: pasto recién cortado, vástagos, residuos de cáscaras de la cocina; la caca de ciertos animales sirve también, y pueden servir como complemento al compost (gallinaza, boñiga, cabraza, etc.).

Como fuentes de carbono, tenemos toda biomasa que se encuentre SECA: paja, hojas secas de árboles, madera de ramas trituradas, etc. 

El tercer componente importante de nuestro compost será el SUELO. Utilizar suelo tiene distintos propósitos, pero quizá el más importante es el de brindar una carga microbiana para iniciar el proceso de compostaje. Además posee una carga mineral importante, que los microorganismos al estar más activos, van a ayudar a liberarlos para que las plantas los utilicen.

Entonces, para iniciar nuestro sandwich, se hizo primero una cama de ramas. Para evitar que la parte inferior se compacte y cree condiciones bajas en oxígeno, además de favorecer el drenaje del agua.

En segundo lugar se coloca una capa de materia seca (carbono).

En tercer lugar se coloca una capa de materia verde (nitrógeno) de dimensión similar a la anterior.

Posteriormente, una capa fina de suelo.

Y así, sucesivamente, se repite el orden de capas hasta llegar a una altura máxima de 1,50 m. 


Este proceso se puede ir llevando a cabo paulatinamente, acomodando los materiales conforme se vayan acumulando por el proceso mismo de deshierbar y cultivar.

 Esto hasta que se llegue a la altura deseada, entonces es cuando se inicia el proceso de descomposición agregando un ingrediente muy barato pero muy efectivo: MELAZA. La melaza es básicamente azúcar que va a estar disponible para los microorganismos, por lo que va a darles energía para que inicien su actividad. Es decir, es como el combustible iniciador del proceso. Por compostera, más o menos se pueden utilizar un galón de melaza diluída en la cantidad de agua necesaria para darle una humedad adecuada a la compostera (esto se prueba tomando un puñado del compost y apretarlo, si chorrea agua, posee demasiada y hay que dejarla que se evapore). Además, se dice que la melaza da un aporte extra de potasio al compost, muy importante en distintos procesos fisiológicos de las plantas, como transporte de azúcares y mecanismos de defensa.

Para proteger de la lluvia, es conveniente cibrir con un plástico negro el compost. Esto favorece también que la luz no moleste a los microorganismos. Por otro lado, en el proceso de descomposición hay pérdida de nitrógeno por volatilización, entonces, algo queda si lo cubrimos.



Al cabo de dos o tres semanas, se va a notar como la temperatura de la compostera sube. esto es un aspecto a cuidar. Esto es debido a la actividad metabólica de los microorganismos, que aumenta gracias a que tienen fuentes de alimento abundantes. Es lo mismo como cuando nosotros empezamos a hacer ejercicio, y ojalá depués de estar bien comidos.

El que la temperatura se eleve es algo deseable, pues se hace como una auto-pasteurización, en donde se eliminan microorganismos que pueden ser dañinos al cultivo. Sin embargo, no debe pasar más allá de los 70 ºC. Si no hay un termómetro para medir la temperatura, una prueba muy fácil se puede realizar. Se introduce un machete hasta que llegue al centro de la compostera, se deja 1 minuto, y se saca. Si al tocar el machete uno siente que se quema, es hora de VOLTEAR EL COMPOST. 



Voltear el compost es una práctica que se debe hacer con cierta regularidad, basándose en la temperatura sobre todo. Esto permite la mezcla de los materiales, así como la aireación. Además permite revisar el contenido de humedad para poder deshacerse de ella, o bien agregar agua. La forma más fácil es de utilizar una pala o un tenedor (de los grandes que se utilizan para tomar paja de heno), y poco a poco ir pasándo la compostera a la par. El campo que queda puede ser utilizado para una nueva compostera.

Antes de terminar esta entrada, queremos comentarles acerca de algunos complementos que se pueden agregar al compost. Estos complementos aportan distintas características físicas y químicas, que realmente pueden mejorar el compost.

Por ejemplo, se pueden acumular cáscaras de huevo, e irlas incorporando en algún momento durante el proceso de compostaje. Poco a poco las cáscaras irán liberando calcio.


Otro complemento es el carbón de leña. Hay una carbonera en desamparados (El Roble), que venden el saco de carbón molido a 2000 colones. El carbón retiene minerales, y los libera poco a poco en el suelo, conforme la planta los va necesitando.

La harina de roca, o polvo de piedra como le llaman en los tajos, es otro complemento muy útil. Si se aplica desde el principio de la formación de la compostera, se favorece el que los microorganismos liberen los microelementos que se encuentren en la roca. Entre más fina la molienda mejor. Hay que recordar que la roca es la materia prima de la formación del suelo, y por acción de los microorganismos y factores ambientales, se van degradando formando capas fértiles que plantas comienzan a colonizar. Si se aplica polvo de piedra, se remineraliza el suelo. Para conseguir esto, hay que ir a cualquier tajo, y normalmente es el subproducto de haber generado los distintos tamaños de piedra de construcción. En rancho redondo hay uno (por mencionar uno que se encuentre cerca de la capital).

El otro complemento, y con el que queremos terminar es el de los microorganismos de montaña, u hojarazca de bosque. El suelo del bosque posee una carga microbiana impresionante (basta con mirar por debajo y ver el crecimiento de colonias de distintas especies de hongos, bacterias y actinos). Se puede usar esto de forma cruda (recolectandolo en sacos y aplicándolo a la compostera). Sin embargo, se pueden reproducir de forma fácil y con materiales que se encuentran a la mano.

Con respecto a esto, les dejamos este link (http://biblioteca.catie.ac.cr:5151/repositoriomap/bitstream/123456789/79/3/118.pdf) que pueden ir leyendo. En la siguiente entrada les comentaremos como nos basamos en ese documento, con algunas modificaciones. Es un paso más allá para parecernos al bosque.

Muchos saludos, y hasta la próxima.